A estas alturas, seguro que pocos inventos culinarios te sorprenden. Ya hemos visto cómo han inventado la pizza de purpurina, cómo han creado una controvertida hamburguesa dedicada a Pablo Escobar y cómo la gente se ha aficionado a ir a los mejores ‘spas’ de cerveza del mundo. Por eso, probablemente te creías la Suzy Menkes del ‘frikigastro’ y considerabas que era difícil arrancarte un ‘oh’. Pues amiga, esa era ha concluido.
Gracias al boca a boca digital (Instagram, vaya), hemos descubierto una gofrería en la que podremos degustar ‘waffles’ con forma de pene y adornarlos a gusto propio con diferentes ‘toppings’ (chocolate blanco, negro, Nutella, Kinder Bueno y Petit suisse).
Se llama La pollería y está ubicada en la C/Barbieri, 23, en Madrid. Es un pequeño local que, auguramos, estará en boca de todos, (guiño, guiño, codo, codo). Porque, ¿dónde has visto un gofre con forma de falo?, ¿dónde?. En Kanerótika queremos probarlo ¡ya!
Este pequeñín se hizo famoso en Sexo en Nueva York, y desde entonces su popularidad creció hasta niveles estratosféricos, poniéndonos los ojos cual pitonisa en trance a millones de mujeres de todo el mundo.
Y, a lo largo de los años, en Kanerótika ha dejado cientos de anécdotas que recordamos con mucho cariño. Como la historia de una joven de casi ochenta años, a la que sus amigas le regalaron tras haberse divorciado. Después de un largo matrimonio de 40 años sin tener un orgasmo, descubrió la pólvora con él, al que apodó como “Pepe”.
Cada vez que se le acababan las pilas venía a nuestra tienda y nosotros, con mucho gusto, le ayudábamos a cambiarlas. Tanto llenó de felicidad su vida, que se hizo una experta en juguetería, y adoptó otro para hacerle compañía a Pepe, al que llamó Pipo.
El “rabbit” mejoró su calidad de vida en todos los sentidos.
Los orgasmos no entienden de edad y llenan nuestro cuerpo de endorfinas y otras hormonas que nos ayudan a descansar mejor e, incluso, nos alivian dolores musculares y rehumatoides.
Ella nos contaba que “dejó de tomar pastillas, que era más feliz, que nunca se lo había pasado tan bien y que gracias a Kanerótika volvió esa chispa a su vida”…
Los juguetes y la lubricación, para ella, supusieron una felicidad enorme y le ayudaron a descubrir sensaciones que nunca había explorado ni sentido. Historias como esta dan sentido a nuestro trabajo y nos aportan la ilusión que necesitamos para seguir teniendo un huequito en tu intimidad.
Si no lo has probado aún, te animamos a que los disfrutes como prefieras, sola, en pareja o como te de la gana, la imaginación no tiene límites, pero tenlo muy a mano…
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